Raúl De Molina mostró sus resultados tras eliminar 6 kilos de grasa de su barriga — Video
Raúl de Molina sorprendió al reaparecer con una figura notablemente distinta. El presentador enfrentó una situación médica compleja, pero también mostró avances significativos.
Su transformación no ha pasado desapercibida entre colegas, seguidores y médicos. Durante semanas, su ausencia encendió rumores sobre su salud.
Poco se sabía hasta que él mismo decidió romper el silencio. Las imágenes actuales muestran un cambio visible, pero detrás de la nueva apariencia hubo una intervención quirúrgica que implicó riesgos, recuperación y momentos difíciles para toda su familia.
El conductor compartió detalles del procedimiento y explicó cómo la cirugía lo afectó física y emocionalmente. En el camino, también recibió apoyo de colegas como Lili Estefan y mensajes de aliento por parte del público.
El procedimiento: una decisión por salud
Raúl de Molina se sometió a una panniculectomía, con el objetivo de eliminar el exceso de piel y grasa acumulada tras su significativa pérdida de peso en los últimos años.
El procedimiento se llevó a cabo a finales de mayo en Estados Unidos y fue impulsado por motivos de salud.
“Me quitaron en la operación 15,4 libras (7 kilogramos) de pellejo y gordura que me caía en la barriga”, explicó el presentador de 65 años en una entrevista con People en Español.
Según detalló en el canal oficial de “El Gordo y La Flaca”, el exceso de piel le impedía nadar, correr y realizar ejercicios básicos. Su médico de cabecera, Juan Rivera, lo alentó a dar el paso definitivo y recurrir a esta intervención para mejorar su calidad de vida.
Complicaciones durante la recuperación
En un principio, la cirugía no presentó contratiempos. Sin embargo, ocho días después, de Molina comenzó a sentir molestias en el pie izquierdo tras caminar alrededor de 3,4 kilómetros en su edificio.
El presentador relató que, al consultar con un médico que no era su cirujano, recibió un tratamiento con pastillas desinflamatorias.
Dicho tratamiento alteró su recuperación y afectó el proceso de coagulación. A los diez días de haber sido dado de alta, Raúl se desmayó en su hogar debido a una hemorragia. “Lo último que me acuerdo es cuando me despierto y veo a mi hija llamando al 911”, relató.
Su hija Mía, quien se preparaba para una clase de pilates, fue testigo del episodio. Actuó rápidamente al contactar a los servicios de emergencia. Ya en el hospital, los médicos descubrieron que Raúl había perdido sangre por los drenajes de la cirugía.