Mi hijo trajo a su prometida a casa – En cuanto vi su cara y supe su nombre, llamé inmediatamente a la policía

Cuando mi hijo trajo a su prometida a casa, me emocioné al conocer a la mujer que le había robado el corazón. Pero en cuanto vi su cara, mi emoción desapareció. Ya la conocía y pronto la tuve encerrada en mi sótano.

El impulso de proteger a tu hijo nunca desaparece. Soy una madre de unos 50 años que vive en un tranquilo barrio de las afueras con mi marido, Nathan. Llevamos casados más de 25 años y tenemos un hijo, Xavier, que es la luz de nuestras vidas.

Una pareja con su hijo | Fuente: Midjourney

Ahora tiene 22 años y está a punto de salir de la universidad. Aunque se mudó hace años, seguimos siendo una familia muy unida. Al menos, eso creía yo hasta hace unas semanas, cuando Xavier nos sorprendió con una llamada telefónica.

Era un martes por la tarde normal. Nathan y yo estábamos en el salón, medio viendo la tele y medio dormitando, cuando sonó el teléfono.

“¡Mamá, papá, tengo grandes noticias!”, exclamó Xavier a través de la línea. “He conocido a alguien. Se llama Danielle y es increíble. Llevamos saliendo tres meses y…”. Hizo una pausa dramática. “¡Le propuse matrimonio y dijo que sí!”.

Un hombre proponiendo matrimonio | Fuente: Midjourney

No pude hablar durante un segundo. Había mucho que procesar. Mujer. Tres meses. ¿Propuesta? “Espera, ¿estás comprometido?”, pregunté, mirando a mi marido, que tenía la mandíbula prácticamente en el suelo.

“¡Sí! Quería decírselo antes, pero Danielle es muy tímida. No estaba dispuesta a conocerlos hasta ahora, pero la he convencido. ¿Podemos ir este fin de semana a cenar?”.

“¡Por supuesto!”, dije, aunque en mi mente ya corrían preocupaciones y sólo un poco de excitación.

Una mujer al teléfono con ojos sorprendidos | Fuente: Midjourney

Xavier no había mencionado ni una sola novia durante sus cuatro años en la universidad. Ni historias sobre citas, ni fotos, nada. ¡Ahora estaba prometido después de salir sólo unos pocos meses! Era una locura.

Después de colgar, hablé con mi esposo. “¿Qué sabemos de ella?”, le pregunté a Nathan mientras ordenábamos la casa para preparar el fin de semana. “¿De dónde es? ¿A qué se dedica?”.

“Cariño, has oído lo mismo que yo”, me sonrió Nathan. “Quizá sólo esté enamorado. Ya sabes cómo es el amor joven”.

Un hombre sonriendo | Fuente: Midjourney

Aquello no me calmó los nervios. Intenté llamar a Xavier al día siguiente para hacerle más preguntas, pero sus respuestas eran vagas. “Es de por aquí”, dijo, y pude oír la sonrisa en su voz. “Es increíble, mamá. Espera a conocerla. Descubrirás todo lo que necesitas saber”.

Con aquellas palabras, decidí dejar de lado mis preocupaciones por ahora y centrarme en el futuro. Tenía que prepararme para aquel acontecimiento trascendental. Nathan también me recordó las posibles ventajas de que nuestro hijo se casara: ¡los nietos!

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